Weekly Global Outlook

Los desafíos del Programa Financiero del Tesoro

15 de agosto de 2023

La noticia económica más relevante de la semana pasada fue la publicación del IPC. La variación interanual de la definición “core” quedó ligeramente por debajo del consenso de expectativas, definiendo un evento positivo (4,7% vs. 4,8%). Además, si bien los precios relacionados con la vivienda y los servicios mano de obra intensivos, siguen teniendo un comportamiento que está por encima de la definición “core”, el aspecto favorable es que han comenzado a mostrar señales de desaceleración.

Los funcionarios del FOMC de la Reserva Federal parecen estar divididos sobre si deberían terminar con los aumentos de tasas, por lo que la publicación de las minutas puede ofrecer información relevante esta semana sobre el futuro de la tasa.

El mercado parece estar digiriendo la noticia de la reducción de la calificación de la deuda de largo plazo de EE.UU. por parte de Fitch. Sin embargo, las preocupaciones sobre las necesidades financieras del Tesoro para lo que resta del año se van convirtiendo en un evento para tener en cuenta. La realidad es que el comprador marginal de los instrumentos de deuda del Tesoro ha estado cambiando. Claramente no es la Reserva Federal y ha disminuido la inversión extranjera. La demanda se centra en el sector privado, pero los bancos ven menguada su demanda ante la desaceleración en el crecimiento de los préstamos.

Haciendo foco en lo ocurrido durante los últimos días, el mercado de bonos se enfrentó a su primera prueba, con USD 103.000 millones colocados en bonos a 3, 10 y 30 años. La emisión a 3 años tuvo una fuerte demanda con un “bid to cover ratio” de 2,90. Las emisiones a 10 y 30 años generaron menos atracción con “ratios” de 2,56 y 2,42 respectivamente.

En el reporte anterior planteamos que, si bien mantenemos un escenario constructivo de mediano plazo, entendemos que en el corto plazo el S&P500 transitaría una lateralización o eventualmente un “pull back”. Por el momento, nuestro escenario base asigna más probabilidad a la lateralización, requiriendo monitorear una serie de datos para entender si dicha lectura se mantiene o pierde probabilidad de ocurrencia.