Paralelamente, el BCRA intenta también utilizar a la tasa de interés como herramienta de anclaje de las expectativas, pero es un instrumento poco eficiente en una economía con una participación tan baja de los depósitos bancarios en relación al PBI. Más aún, al aumentar la tasa, se retroalimenta el crecimiento de los pasivos remunerados del BCRA (Leliqs y pases), lo cual deteriora aún más su situación patrimonial, dado el contexto de escasez de reservas internacionales.